El año nuevo me hizo pensar, como casi siempre, en nuevos encuentros, en conocer gente nueva, en volver a conocer a la gente que mantengo cerca...
Conocer a alguien por sus pecados es entrar por la puerta de atrás. Evitarse el molesto simulacro de las primeras palabras tan sobadas, de los espacios sin polvo por-donde-mira-la-suegra, de las miradas calculadas y pesadas con la precisión de un jaque al pastor. En cierto modo los pecados nos hacen ser lo que somos mucho más que nuestras virtudes. Las virtudes están ahí para salir a relucir en los momentos importantes, atrincheradas esperando la orden para salir con el fusil al hombro, con la cruz en los brazos, con el corazón en la mano; los pecados están ahí siempre para ti. Son el punto medio perfecto entre Charles Darwin y Benedicto XVI. Son lo que nos aleja del mono y nos separa de dios. Son nuestra firma como especie, tal vez nuestra única verdadera aportación.
Twin Peaks: El retorno
Hace 6 años
2 ecos:
si la curiosidad es un pecado, me declaro pecadora así he llegado aquí esperando leer cosas nuevas y tal vez conocer personas nuevas, una felicitación al autor de tan buenas piezas.
Por lo visto también te impactó Seven. No es la mejor película del mundo pero el cómo maneja la decadencia humana con los pecados es la neta...
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