Los verdaderos crímenes, los peores,
no los persigue juez ni ley alguna,
no los cometen, crueles, los traidores.
No los perdona el cielo ni la luna.
Los verdaderos crímenes, malsanos,
los cometen los labios y las manos,
que abandonan el barco, fierro viejo,
y se llevan el alma hasta el pellejo.
Los verdaderos crímenes, pedimos,
no toquen a la puerta, hoy implacables,
dejándonos la boca hecha pedazos.
Negamos que hace tiempo, muy amables,
sus cómplices y confidentes fuimos,
y todavía negamos sus abrazos.
Twin Peaks: El retorno
Hace 6 años
1 ecos:
Un crimen sería que dejes de escribir.
Un gusto de nuevo, hermano,
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